Para empezar, quisiera enfatizar la importancia de la
motivación en nuestra práctica. Tanto que estemos recibiendo una enseñanza
sobre la naturaleza de Buda,
o cualquier otra enseñanza, o que estemos practicando el Dharma del Buda a
través de nuestro cuerpo, habla o mente, el primer paso es desarrollar la
motivación correcta. Se dice que la
acumulación de grandes méritos debido a las acciones virtuosas depende de la motivación
de uno al principio, de la concentración en la verdadera práctica o enseñanza,
y de la dedicación que uno haga al final. Por consiguiente, la motivación es
muy, muy importante.
Por ejemplo, en el caso de dos personas que están
circunvalando la estupa del Buda. Uno está haciendo la circunvalación con la
motivación correcta desde el principio, manteniendo una concentración correcta
durante la circunvalación, y también la
dedicación al final; el otro está haciendo la circunvalación sin la motivación
adecuada al principio, y durante la circunvalación no está concentrado
adecuadamente en el Dharma, o en la recitación de mantras, sino que está
hablando de cosas mundanas con otros, y él o ella no dedican de forma adecuada
los méritos al final. Físicamente ambos han hecho el mismo número de
circunvalaciones a la misma estupa, pero aquel que lo ha hecho con la
motivación adecuada ganará unos méritos muchísimo mayores que el otro. Por lo
tanto, si buscamos acumular grandes méritos y hacer que nuestra práctica sea
una causa verdadera para el logro de la Budeidad, tenemos que hacer la
práctica de forma adecuada, por medio del desarrollar la motivación correcta
al principio.
Y aquí, la motivación correcta supone en primer lugar el desarrollo
de la renunciación hacia toda la existencia cíclica.
Esto es muy, muy importante. En resumen, sin el pensamiento de renunciación,
es difícil llegar a ser un verdadero budista.
Para llegar a ser un verdadero budista, necesitamos tomar
los Votos de la Liberación Individual.
Hay muchos niveles diferentes de Votos de la Liberación Individual, y para
llegar a ser un budista, nosotros necesitamos tomar el voto de refugio que
está contenido de forma inherente en los Votos de la Liberación Individual. También
es importante conocer que no todos los votos de refugio constituyen Votos de
Liberación Individual, Por ejemplo, si uno está recibiendo el voto de refugio
del maestro, con el ritual apropiado, pero uno lo está recibiendo con una
motivación inferior del tipo del miedo a los padres de uno, al maestro, o a
los parientes, y no llevado por una sincera aspiración, en realidad este voto
de refugio no es el Voto de Liberación Individual. También, si uno recibe el
refugio para conseguir fama, riqueza, o recompensas, entonces eso tampoco es
un voto de refugio apropiado. Con este tipo de motivación, aunque uno reciba
el voto de refugio, este no pertenece a los Votos de la Liberación Individual.
En general, la definición de los Votos de la Liberación
Individual es que, motivado por el pensamiento de la renunciación, uno no
debería de hacer daño a los demás a través del cuerpo, habla, o mente. Sin el
pensamiento de la renunciación, uno no puede recibir adecuadamente el voto de
refugio; y sin el propio voto de refugio uno no puede convertirse en un verdadero budista.
En resumen, sin el pensamiento de la renunciación uno no
puede llegar a convertirse en un verdadero budista. Por tanto, es muy, muy
importante el desarrollar este pensamiento de la renunciación. Es como la piedra angular para llegar a ser
un budista.
El pensamiento de la renunciación no solo supone meramente
el renunciar al propio hogar, ciudad, o país. Aquí, el pensamiento de
renunciación significa renunciar a toda la existencia cíclica. Aunque ahora
mismo no podemos renunciar físicamente a toda la existencia cíclica, nosotros
tenemos que cultivar un deseo genuino de librarnos de su atadura. Para
desarrollar un deseo genuino semejante, nosotros necesitamos eliminar nuestro
apego hacia la existencia cíclica por medio de realizar el sufrimiento que es
inherente a ella. Necesitamos realizar completamente que está llena de
sufrimiento.
Por ejemplo, en este mundo hay muchos países, y miles de
millones de personas. Pero no importa que estemos en un país desarrollado, o
en uno que esté menos avanzado, nosotros no encontraremos un solo lugar en el
que no haya sufrimiento. Donde quiera que vayamos, al Este o al Oeste,
nosotros experimentamos sufrimiento-estrés mental, o sufrimiento físico, por
ejemplo. Esto significa que el mundo entero tiene la naturaleza del
sufrimiento. Toda la existencia cíclica tiene la naturaleza del sufrimiento.
Tras un examen cuidadoso, descubriremos que el tener apego a la existencia
cíclica es sinónimo de tener apego al sufrimiento, porque la existencia
cíclica tiene la naturaleza del sufrimiento; no es más que sufrimiento.
Así, si entendemos la naturaleza de la existencia cíclica,
se hace más fácil para nosotros el eliminar nuestro apego hacia ella. Una vez
que no tenemos apego hacia ella, es más fácil para nosotros el desarrollar un
deseo genuino de liberarnos de toda la existencia cíclica. Esto es lo que es
llamado el pensamiento de renunciación, y esto es lo que nosotros necesitamos
cultivar. Entonces, basado en esto, tenemos que desarrollar infinitamente el
amor benevolente y la compasión, lo cual significa el deseo genuino de obtener
la felicidad y la causa de la felicidad para beneficio de todos los seres
sintientes, y el deseo genuino de liberar a todos los seres del sufrimiento y
de las causas del sufrimiento, que son las malas acciones y las impurezas.
Aunque es fácil entender el infinito amor benevolente y la compasión,
el practicarlos en nuestra vida diaria es difícil. Por lo tanto, tenemos que
recordar su significado una y otra vez, hasta que podamos practicar el amor
benevolente y la compasión para con todos los seres, a cada momento, en todas
partes, y hacia todos por igual. Nosotros necesitamos desarrollar ese tipo de
pensamientos porque del mismo modo en que nosotros deseamos obtener la
felicidad y vernos libres del sufrimiento, los demás seres sintientes también
quieren lograr la felicidad y liberarse del sufrimiento. Todos tenemos la
misma aspiración, y es un gran error el ignorar a los demás y pensar
exclusivamente en nosotros mismos. Como budistas, especialmente como
seguidores del Mahayana,
cuando generamos el pensamiento de la iluminación,
nosotros prometemos ayudar a todos los seres sintientes. Si, tras haber hecho
una promesa de ese tipo, nosotros no nos ocupamos de los otros, entonces hemos
hecho una promesa falsa. Debemos de mantener nuestra promesa.
Y también, no es solo el deseo de liberarnos del sufrimiento
lo que nosotros tenemos en común con todos los seres, tenemos muchas más cosas
en común. En un momento u otro, todos los seres han sido nuestros padres o
seres queridos. Nosotros no hemos nacido en la existencia cíclica tan solo una
vez, hemos nacido dentro de esta existencia cíclica incontables veces. Cada
vez que nacemos, nosotros no tenemos a los mismos padres y seres queridos una
y otra vez. Cada vez que cambiamos de vida, cambiamos de seres queridos. Por
tanto, todos los seres han sido alguna vez nuestros seres queridos, bien en
esta vida o en nuestras vidas pasadas. Cuando uno de esos seres se llega a convertir
en uno de nuestros padres en una vida en particular, ellos cuidan de nosotros,
y nos rescatan de muchos peligros. De la misma forma en la que necesitamos
devolver la amabilidad de quienes ahora son nuestros padres y seres queridos
en esta vida del presente, similarmente también necesitamos devolver la
amabilidad de quienes fueron nuestros padres y seres queridos en las vidas
anteriores, y a quienes ahora vemos como amigos, o como seres hacia quienes
sentimos indiferencia, o como enemigos. Debido a esto, nosotros necesitamos
desarrollar un amor benevolente y compasión infinitos hacia todos los seres,
sin excepción.
El pensar solo en el bienestar de uno mismo es muy limitado-
“uno mismo” significa una sola persona, y “los otros” significa un ilimitado
número de seres. Por ejemplo, si alguien da comida a una persona, y otro da
comida a miles de millones de personas, resulta obvio que la persona que da
comida a miles de millones de personas conseguirá méritos mucho más grandes que el de aquel que
dio comida a una sola persona. Similarmente, es mucho mayor el mérito que se
consigue por ayudar a los demás, que el conseguido por ocuparse exclusivamente
de uno mismo.
Si uno piensa exclusivamente en uno mismo, entonces uno no
puede ni tan siquiera colmar su propio deseo, que es el conseguir la felicidad
y liberarse del sufrimiento. Esto es así porque la verdadera causa de la
felicidad es el pensamiento o mente altruista, y no el pensamiento egoísta. La
causa de todo el sufrimiento es el pensamiento egoísta. El pensamiento egoísta
solo producirá más y más sufrimiento, y no será capaz de colmar las
aspiraciones de uno.
Por lo tanto, nosotros necesitamos desarrollar y practicar
el amor benevolente y la compasión hacia todos los seres, sin ninguna
excepción. Entonces tenemos que desarrollar el pensamiento de la iluminación.
Se dice que sin tener un amor benevolente y una compasión genuinos no es
posible el desarrollar una mente de la iluminación genuina. La compasión
infinita es la causa de la generación de una mente de la iluminación genuina,
o bodhicitta. Bodhicitta significa
que uno quiere alcanzar el estado de un Buda para el beneficio de todos los
seres sintientes, y con ese propósito uno está practicando el Dharma o
Doctrina expuesta por el Buda. Esto resulta especialmente relevante esta
mañana, puesto que nosotros ahora estamos recibiendo una enseñanza sobre la
naturaleza de Buda.
En resumen, el tener una motivación adecuada significa
desarrollar la renunciación hacia la existencia cíclica, cultivar el amor benevolente
y la compasión, y entonces generar la bodhicitta. Es con este tipo de
motivación con el que debemos de practicar el Dharma del Buda, y recibir las
enseñanzas sobre el Dharma o Doctrina expuesta por el Buda.
La fuente del Dharma del Buda es el Buda Bhagavan.
El Buda Bhagavan realizó muchas acciones nobles, y Su actividad noble más
importante fue el Girar la Rueda del Dharma para los discípulos afortunados. El
Buda Bhagavan dio una enorme cantidad de enseñanzas de acuerdo a los
diferentes niveles y a las diferentes disposiciones mentales de los seres
sintientes.
La razón por la que el Buda dio todos estos diferentes tipos
de enseñanzas no es solo para que los seguidores consigan una mera comprensión
intelectual de ellas. El propósito principal de todas estas enseñanzas
preciosas y profundas es ayudar a los discípulos a domar sus mentes. En otras
palabras, su propósito principal es eliminar las impurezas que han estado en
nuestro continuo mental durante mucho, mucho tiempo, y ayudar a desarrollar en
nuestras mentes las cualidades positivas, ayudándonos eventualmente a lograr
la budeidad. Este es el verdadero propósito de la enseñanza del Buda Bhagavan.
Así, nosotros no deberíamos de estar satisfechos con una mera comprensión
intelectual del Dharma. Tenemos que meditar en lo que hemos aprendido, y
tenemos que aplicar esas enseñanzas en nuestra vida diaria.
El Buda nos guía mostrándonos qué es el sendero correcto, y
qué es el sendero erróneo. Si seguimos el sendero correcto, nosotros podemos
conseguir cualidades positivas, y eventualmente la budeidad. Si seguimos el
sendero erróneo, entonces estamos destinados a soportar más y más sufrimiento,
y eventualmente el dolor inconcebible del reino de los infiernos.
Si nosotros cometemos una gran cantidad de malas acciones
con cuerpo, habla, y mente, no seremos capaces de eliminar todo nuestro
sufrimiento solo con rezarle al Buda, porque nosotros ya hemos creado las
causas de nuestro sufrimiento a través de nuestras malas acciones. Incluso en
el caso de que se lo imploremos, el Buda no puede eliminar milagrosamente
nuestras acciones negativas, que son las causas de nuestro sufrimiento, ni es
capaz de limpiar nuestras acciones negativas. Por ello, tanto que uno quiera
alcanzar la liberación como la Budeidad, ello depende principalmente de uno
mismo, y no del Buda solo, o del Dharma solo. Si no seguimos las instrucciones
del Buda, no podremos ser liberados de la existencia cíclica. En los Sutras se
dice que uno es su propio salvador, y que uno mismo es su propio enemigo.
Nuestro peor enemigo no está fuera de nosotros. Nuestro enemigo externo no es
nuestro peor enemigo, puesto que ni él, ni ella son capaces de hacernos
padecer el inconcebible sufrimiento del reino de los infiernos. Pero el
enemigo interno, nuestras impurezas, pueden llevarnos al reino de los
infiernos, donde experimentaremos sufrimientos inconcebibles. Por tanto, el
peor enemigo no está fuera; el peor enemigo está dentro de nuestra propia
mente. Por consiguiente, tenemos que practicar diligentemente para hacer que
esta vida sea fructífera, y que sirva para lograr rápidamente el estado de un
Buda.
Las enseñanzas también dicen que nosotros deberíamos de
percibir al Buda como a un médico, a nuestras impurezas como nuestra
enfermedad, y a las enseñanzas del Dharma como la medicina. Y nosotros
deberíamos de percibir el recibir y la práctica de las enseñanzas como el
estar recibiendo un tratamiento médico y como el estar poniendo en práctica
los consejos del médico. Por ejemplo, cuando nosotros estamos enfermos,
incluso aunque vayamos al mejor doctor y al mejor hospital, si no seguimos los
consejos dados por el médico no nos pondremos mejor. No importa el
conocimiento que el médico pueda tener, de nada servirá si nosotros no
seguimos sus instrucciones, tales como el comer la comida prescrita y el tomar
las medicinas prescritas a su hora.
Similarmente, aunque el Buda y Sus enseñanzas de Dharma son
supremas, si nosotros no las seguimos de forma adecuada, si sufrimos, es por
nuestras propias faltas. No es falta del Buda o de sus enseñanzas de Dharma.
Por lo tanto, no es suficiente el tener al Buda y a sus enseñanzas de Dharma.
Lo más importante es que nosotros tenemos que seguir sus instrucciones de
forma apropiada. Si no las seguimos, entonces no importa la grandeza del Buda
y de Sus enseñanzas de Dharma, esto no nos ayudará.
El Dharma del Buda es la única medicina que cura todos los
tipos de enfermedad, y es la fuente de toda felicidad. Y si realmente nosotros
queremos practicarlo, entonces tenemos que aprender qué es lo que ha de ser
adoptado y lo que ha de ser abandonado. Debido a nuestra ignorancia, aunque
deseamos obtener la felicidad y eliminar el sufrimiento, nosotros no
realizamos buenas acciones, y cometemos malas acciones. Si observamos
cuidadosamente, nosotros veremos que en el transcurso de 24 horas, la mayor
parte de nuestras acciones son negativas en vez de positivas. Necesitamos
cambiar esto. Necesitamos analizar cuál es la causa de la felicidad, y cuál es
la causa del sufrimiento. Entonces llegaremos a entender que la causa de la
felicidad es el realizar acciones virtuosas, y que la causa del sufrimiento es
realizar acciones no virtuosas.
Aunque en este mundo todos intentan con gran empeño el
conseguir la felicidad y verse libres del sufrimiento, lo que nosotros estamos
haciendo es perseguir la felicidad mundana, no la felicidad genuina. La
felicidad mundana no es algo a lo que nosotros debamos aspirar. Si nosotros
alcanzamos la felicidad mundana en esta vida, esto significa que nuestra
felicidad durará no más de 100 años o así. También, la felicidad mundana no es
una felicidad genuina porque no es una felicidad real. La felicidad mundana es
realmente el sufrimiento del cambio, no la felicidad genuina. También, la
causa de la felicidad mundana son, con más frecuencia que no, las acciones
negativas o las acciones virtuosas impuras. Así, desde un punto de vista de
causa, naturaleza, y duración de la felicidad, la felicidad mundana no es algo
que debiera de ser nuestra meta. Lo que nosotros deberíamos de tener como meta
es el logro de la budeidad, por que el estado de un Buda es el estado de
felicidad último, el estado último de sabiduría, compasión, conocimiento, y
poder. Esta felicidad durará por siempre. No es algo que durará solo unos 100
años. Durará para siempre. Una vez que logremos la budeidad, entonces la
felicidad última durará siempre, y la causa de tal tipo de felicidad última no
está en las acciones negativas. La causa principal son las acciones virtuosas
no contaminadas. Por esta razón, no deberíamos de tener como meta a la
felicidad mundana, sino que deberíamos de tener como meta la felicidad última,
la felicidad genuina.
Para desarrollar la felicidad interior, nosotros no
deberíamos de pensar que la causa real es el desarrollo material. Nosotros
podemos ver que en las últimas décadas ha habido un gran desarrollo material
en el mundo, pero no podemos decir que ha habido mucho desarrollo en nuestra
vida interior. No podemos decir que hoy en día la gente experimente menos
estrés mental, presión, o sufrimiento físico. Esto indica claramente que el
desarrollo material puede traer comodidad temporal, pero no una paz y
felicidad real.
Para conseguir la paz interior y la felicidad, deberíamos de
enfocarnos en la mente. Deberíamos de intentar desarrollar nuestro mundo
interior, nuestra mente más profunda. Y esta mente no está separada de la
naturaleza de Buda. Los textos dicen que la naturaleza de Buda significa la no
dualidad de la claridad y vacuidad de la mente. Por tanto, para hablar de la
naturaleza de Buda, primero tenemos que hablar de la mente.
Verdaderamente nosotros sabemos que la felicidad y el
sufrimiento son causados por las acciones. Podemos clasificar las acciones en
tres tipos: acciones físicas, verbales, y mentales. De entre estos tres tipos
de acción, la acción más poderosa es la acción mental. Por ejemplo, el cuerpo
muerto no tiene mente, solo tiene un cuerpo físico, pero no tiene mente.
Debido a esto, el cuerpo físico no puede realizar acciones físicas o verbales.
Otra forma de explicar cómo es de poderosa la acción mental
es con el siguiente ejemplo: nosotros estamos actualmente recibiendo una
enseñanza; nuestro cuerpo físico está en el salón en el que se imparte la
enseñanza, pero si nuestra mente no está enfocada en la enseñanza, si nuestra
mente está enfocada en cualquier otra cosa, entonces no importa cuánto tiempo
asistamos a la enseñanza, no podemos comprender su significado. Aunque nuestro
cuerpo físico está allí, si nuestra mente no se está concentrando en la
enseñanza, nosotros no podemos comprender la enseñanza. Así pues, la acción
mental es muy, muy importante.
También, podéis decir que la mente es algo muy poderoso
porque es la mente la que realiza las acciones, sean positivas o negativas. Es
la mente la que experimenta la felicidad y el sufrimiento, y es el continuo
mental el que irá a la próxima vida. Nuestro cuerpo no irá a la próxima vida.
Nuestro continuo mental irá de esta vida a la siguiente, y también es nuestro
continuo mental el que viene de la vida anterior a esta, no nuestro cuerpo.
También es la mente la que desarrolla los pensamientos positivos tales como el
amor benevolente, y la compasión; y es la mente la que desarrolla los
pensamientos negativos tales como el enfado, el apego, la envidia, y el
orgullo. Es la mente la que experimentará los resultados de nuestros
pensamientos y acciones, tanto positivos como negativos. Es la mente la que
experimentará la liberación y la que logrará la budeidad. También es el continuo
mental el que caerá en los infiernos y experimentará sus sufrimientos. Por lo
tanto, todo está basado en esta mente, o continuo mental. La mente es la que
realiza las acciones, y la que experimenta sus resultados.
En el Abhidharmakosa
de Vasubandhu, se dice que todo lo contenido, y el contenedor de la existencia
cíclica son producidos por nuestras propias acciones, lo cual significa que
todo lo animado e inanimado es producido por nuestras acciones. Los fenómenos
inanimados tales como montañas, bosques, y demás, también son productos de
nuestras acciones. Hay dos tipos de acciones: acciones individuales y acciones
colectivas. Las montañas y los bosques son el resultado de nuestras acciones
colectivas.
Por ejemplo, en nuestros sueños podemos ver muchos objetos
inanimados muy diferentes, tales como montañas y bosques, y aunque parecen muy
reales en ese momento, son una proyección de nuestra propia mente. Nosotros
podemos ver esos objetos inanimados en nuestros sueños debido a nuestras
propias acciones, a nuestro propio karma. Similarmente, en el estado de
vigilia nosotros podemos ver muchos objetos inanimados, y todo lo que podemos
ver es el resultado de nuestro propio karma, esos objetos inanimados también
son el resultado de nuestras propias acciones.
Nosotros podemos clasificar a la mente en dos aspectos: la
verdad relativa, y la verdad última. En la verdad relativa, existe la mente.
En la verdad última o verdad absoluta, no hay mente. Es importante diferenciar
entre estas dos verdades. Si nosotros confundimos estas dos verdades, no
podemos comprender su verdadero significado…
Y entonces, nosotros podemos clasificar la mente relativa en
dos aspectos. Uno es la mente que se enfoca en los fenómenos externos; este
aspecto de la mente es muy activo, está muy enredado con los objetos de los
sentidos. El otro aspecto de la mente relativa no se enfoca en los objetos
externos, sino que al contrario, se enfoca en los objetos internos; es muy
clara y calma, libre de pensamientos dualistas, libre de sujeto y objeto. Así
pues, hay dos aspectos de la mente en la verdad relativa: el aspecto externo
de la mente y el aspecto interno de la mente, o la mente que se enfoca en los
objetos externos y la mente que está libre de pensamientos dualistas; una
mente con dos aspectos.
La mente que se centra en los objetos externos está muy
ocupada, llena de pensamientos, llena de movimiento. El aspecto interno de la
mente es claro y calmo, y es llamado la claridad de la mente. Este es un
aspecto de la naturaleza de Buda.
Si analizamos esta claridad desde la perspectiva de la
verdad última, no podemos encontrar ninguna mente. Verdaderamente, incluso en
la verdad relativa, en la mente no podemos encontrar ninguna forma, color o
tamaño, y sin embargo hay mente. No es una mente que sea inherentemente
existente o verdaderamente existente, pero hay mente. Es como un sueño, o como
un espejismo. Pero en la verdad última no hay ninguna mente. Después de un
examen cuidadoso y de un razonamiento lógico, no podemos encontrar ninguna
mente. La naturaleza de la mente, la parte de claridad natural de la mente, es
vacuidad, la cual está libre de los cuatro extremos: el extremo de la
existencia (inherente), de la no existencia,
de ambos, y de ninguno de ellos. Así, la naturaleza real de la mente en la verdad
última es algo que no podemos describir a través de palabras; está más allá de
las palabras. Pero para explicarlo, a la verdad última se le da un nombre, por
ejemplo “vacuidad”. Cuando decimos que la naturaleza de la mente es vacuidad,
ello no significa que la mente está vacía. Verdaderamente está más allá de la
vacuidad. El Madhyamakavatara
explica diferentes tipos de vacuidad, y un tipo de vacuidad es llamado “la
vacuidad de la vacuidad”. Aunque nosotros usamos la palabra “vacuidad” para
calificar la mente, no deberíamos de pensar en la naturaleza de la mente como
vacuidad. La naturaleza real de la mente es inexpresable; “vacuidad” es solo
una palabra para ayudar a explicar la naturaleza de la mente.
Así, hay dos aspectos de la mente: uno es verdad relativa, y
otro es verdad absoluta. En la verdad relativa, la mente es clara y calma; es
la claridad de la mente. En la verdad absoluta, hay vacuidad de mente.
Esas dos verdades: claridad y vacuidad, no son separables.
Son inseparables porque la claridad de la mente no es nada distinto de la
vacuidad de la mente, y la vacuidad de la mente no es nada distinto de la
claridad de la mente. Estas dos son inseparables, y esto es llamado la no
dualidad de la claridad y vacuidad de la mente. Esto es naturaleza de Buda.
Todos los seres están dotados con esta naturaleza de Buda, tanto
que sean Seres Nobles,
seres ordinarios, o seres infernales. La naturaleza de la mente es la no
dualidad de claridad y vacuidad. Así, esta naturaleza de Buda, la no dualidad
de claridad y vacuidad, prevalece en todos los seres.
Aunque la claridad de la mente cambia momento a momento, el
continuo mental de esta claridad no cesa; seguirá de forma ininterrumpida
dirigiéndose hacia la budeidad. Y la naturaleza de Buda, la no dualidad de claridad
y vacuidad, es pura desde un tiempo sin principio. La naturaleza de la mente
es pura desde un tiempo sin principio. Nunca está manchada por ningún
oscurecimiento, todos sus oscurecimientos son meramente temporales, y debido a
esto, todos sus oscurecimientos pueden ser eliminados. Como ejemplo: nosotros
vemos un paño que está sucio o con polvo. La suciedad y el polvo no es la
naturaleza del paño. Y si nosotros utilizamos el método correcto podemos
eliminar la suciedad y el polvo del paño. Similarmente, todos estos
oscurecimientos, tales como el oscurecimiento al conocimiento y el
oscurecimiento de las impurezas, no son la naturaleza de la mente; son
temporales, como la suciedad y el polvo presentes en un paño limpio. Así, si
usamos el antídoto o el método correcto, podemos eliminar todos estos
oscurecimientos. Todos los seres tienen la naturaleza de Buda, y todos los
oscurecimientos pueden ser eliminados, y el estado de un Buda es alcanzable.
Todos nosotros tenemos el potencial de lograr el estado de un Buda dado que
todos tenemos esta naturaleza de Buda, y la naturaleza de Buda es pura desde
un tiempo sin principio, aunque esta naturaleza de Buda, con la que todos los
seres sintientes están dotados, está oscurecida temporalmente por las
impurezas.
Las escrituras
explican esto a través de nueve ejemplos:
Primer ejemplo: Si un Buda magnífico, adornado con las 32 marcas mayores y
las 80 marcas menores, está dentro del capullo de una flor de loto, entonces
nosotros no podemos ver a ese Buda porque El está cubierto y oscurecido (por
los pétalos) del capullo. Similarmente, la naturaleza de Buda es como el Buda
magnífico, y el capullo de la flor de loto es como las impurezas que oscurecen
nuestra naturaleza de Buda.
Segundo ejemplo: La naturaleza de Buda es como la deliciosa y benéfica
miel, la cual está cubierta por abejas. La miel es como la naturaleza de Buda,
y las abejas como los oscurecimientos.
Tercer ejemplo: La naturaleza de Buda es como el arroz dentro de la
cáscara. La cáscara nos impide ver el grano de arroz. El significado verdadero
es el mismo: la naturaleza de Buda es como el grano de arroz, y los
oscurecimientos son como la cáscara.
Cuarto ejemplo: Es como una moneda de oro que ha sido arrojada en el
barro.
Quinto ejemplo: Es como un gran cofre con un tesoro, el cual está lleno de
joyas, y que está enterrado bajo la casa de una familia pobre. La familia no
sabe que hay un gran tesoro bajo su casa, Y debido a su ignorancia, ellos
viven en la pobreza.
Sexto ejemplo: Es como las semillas de arroz guardadas en un cajón seco o
en un contenedor. Cuando se dan las condiciones apropiadas, estas semillas
tienen el potencial de producir una cosecha, pero si no se da el encuentro con
las condiciones apropiadas, no habrá cosecha.
Séptimo ejemplo: Es una magnífica estatua de un Buda hecha de un material
precioso, pero que está envuelta en una tela andrajosa. Aunque esa tela
andrajosa tiene dentro la estatua de un
Buda, y está tirada en una carretera muy concurrida por la que pasa
mucha gente, nadie puede ver la estatua del Buda dentro de la tela andrajosa.
Octavo ejemplo: En el vientre de una mujer pobre y en la más absoluta
miseria, hay un niño que está destinado a ser un emperador universal, pero de
momento nadie, ni siquiera la madre, sabe que ella está preñada con un futuro
emperador universal. Así que de momento, la madre aún experimenta sufrimiento
y humillación. El niño que llegará a ser un monarca universal es como la
naturaleza de Buda, el vientre de la madre que cubre al niño es como los
oscurecimientos.
Noveno ejemplo: Una estatua hecha con materiales preciosos está cubierta
por barro, y
nosotros no podemos ver la estatua de material precioso debido al barro.
Así, a través de estos nueve ejemplos, podemos ver que
aunque nosotros tenemos la naturaleza de Buda, de momento no podemos verla
debido a nuestros oscurecimientos: el oscurecimiento al conocimiento, y el
oscurecimiento de las impurezas. Pero si practicamos de forma adecuada el
Dharma del Buda, entonces podemos revelar esta naturaleza de Buda, y
finalmente lograr el estado de un Buda para beneficio de todos los seres
sintientes.
Después de haber recibido una enseñanza, como esta sobre la
naturaleza de Buda, deberíamos de dedicar todos nuestros méritos para el logro
de la budeidad para beneficio de todos los seres sintientes.
Traducido y anotado por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.