Una enseñanza de S. S.
el Sakya Trizin.
Dos clases de seres habitan este universo: los animados y los
inanimados. “Inanimados” se refiere a seres que no tienen sensaciones mentales,
tales como los ríos, montañas, y demás; mientras que “animados” se refiere a
los humanos y a todos los demás seres que tienen sensaciones mentales.
Nosotros, los seres humanos pertenecemos a la clase de los
seres animados, y nuestras sensaciones mentales son muy poderosas. Hay muchos
tipos diferentes de seres humanos, numerosas razas y diversas culturas, cada
una con sus propias visiones y creencias, pero hay una cosa que es común a
todos-el deseo de estar libres del sufrimiento y de experimentar la felicidad.
Además, con respecto a esto no puede encontrarse ningún
desacuerdo, todos están de acuerdo en el mismo fin. Cualquiera que sea la raza
a la que pertenezcamos, no importa lo que creamos, si somos creyentes o no
creyentes, todo el mundo se esfuerza en llegar a estar libre del sufrimiento y
en lograr la felicidad. Cada individuo, sociedad, gobierno, y país, quiere alcanzar este fin. Para conseguir la
felicidad, la humanidad ha hecho normes progresos en el campo de la ciencia y
de la tecnología y, a través de esto, ha conseguido un gran beneficio.
Simultáneamente, está bastante claro que únicamente ese
progreso material no puede asegurarnos la paz verdadera y la seguridad que
estamos buscando. Para lograr la verdadera felicidad, es muy importante que
nosotros consigamos un desarrollo interno espiritual. Para conseguir la
felicidad, nosotros necesitamos hacer progresos tanto materiales como
espirituales, ambos.
Aquí la pregunta pertinente es: ¿Cómo podemos progresar en el
campo espiritual? La base para nuestro desarrollo espiritual es nuestra
Naturaleza de Buda[1]. El Buda
dijo que todo ser sintiente posee la Naturaleza de Buda, lo cual significa que nuestra
mente es pura, naturalmente pura, desde el mismo principio. Sin embargo, en el
momento presente, nosotros no podemos ver la naturaleza verdadera de nuestra
mente. Está cubierta por nuestras ilusiones y oscurecimientos.
Esos oscurecimientos no están en la naturaleza de la mente.
Son solo temporales, y por lo tanto nosotros podemos liberarnos de ellos. Si
estuvieran en la naturaleza de la mente, entonces no podríamos eliminarlos. Por
ejemplo, no importa cuánto tiempo empleemos en lavar el carbón, nunca llegará a
ser blanco. Si uno utiliza los remedios correctos, podemos eliminar nuestros
oscurecimientos. Es similar a un paño blanco que cuando está lleno de suciedad
no revela su color blanco, pero con los remedios adecuados de aplicar jabón y
agua será lavada toda la suciedad, y entonces podemos ver el verdadero color
del paño.
De la misma forma, nuestra mente es naturalmente pura y los
oscurecimientos son solo temporales, y hay métodos correctos para eliminar las impurezas
para siempre. Por lo tanto, como personas ordinarias, si aplicamos los métodos correctos
y nos esforzamos, podemos eliminar nuestros oscurecimientos y realizar la
verdadera naturaleza de nuestra mente, y de este modo alcanzar el logro
supremo, el cual es paz real y felicidad.
Incluso en el caso de que no alcancemos la realización
última, nuestros esfuerzos para progresar espiritualmente nos traerán muchos
beneficios, y pueden darnos experiencias de paz profunda y felicidad.
La primera condición que nos permitirá crecer espiritualmente
es la fe, el tener fe en las enseñanzas. Por “fe” no queremos decir una fe
ciega. Aquí “fe” significa que a través de nuestra propia investigación
cuidadosa, llegamos a la conclusión de que las enseñanzas son genuinas.
Sin que tenga lugar esta primera condición, es imposible para
nosotros el desarrollar cualquier cualidad virtuosa o realizar cualquier acción
virtuosa. Igual que una semilla que ha sido tostada no puede crecer en el
suelo, nosotros no podemos desarrollar ninguna cualidad virtuosa sin que haya fe.
De acuerdo a las
enseñanzas, hay tres tipos de fe: El primer tipo de fe es llamado fe clara.
Cuando nosotros percibimos las grandes cualidades de un Buda, de Sus
Enseñanzas, y de la Comunidad[2],
toda nuestra confusión es aclarada y nuestra mente es refrescada. La fe clara
es similar al estado mental de una persona que está sufriendo con el calor, y
que es refrescada recordando las montañas nevadas o cualquier paisaje frio.
El segundo tipo de fe es llamado aspiración. Esto se refiere a conseguir logros espirituales y a adquirir
cualidades virtuosas para su propio beneficio y para el de los demás. Es muy
parecido al único propósito de un elefante sediento en un clima cálido, que es
el encontrar agua; del mismo modo nuestra única aspiración es conseguir la
realización espiritual.
Finalmente, el tercer tipo de fe es llamado confianza. Confianza en las enseñanzas
del Buda, particularmente en la ley de causa y efecto, y en las cualidades del
Buda, Dharma, y Sangha. Esto es como una madre y un niño que se encuentran
después de una larga separación, y aún instintivamente confían uno en el otro.
Uh ser humano que está dotado con estos tres tipos de fe es
uno que, a través del análisis y de la investigación, ha desarrollado una fe
inamovible en las enseñanzas y que no estará tentado a abandonar las enseñanzas
del Buda debido a las causas habituales de abandono del sendero espiritual
mencionado antes.
Hay cuatro causas habituales de abandono, y la primera de
ellas es el deseo. El deseo hacia los
logros mundanos, tales como la riqueza o la fama, es algo que puede llevarnos a
abandonar el sendero espiritual.
La segunda causa es el odio.
El surgir del enfado en nuestra mente hacia alguien puede movernos a abandonar
el sendero.
El miedo es la
tercera causa de abandono del sendero espiritual. Por ejemplo, si nuestra
estancia en el sendero espiritual da lugar a circunstancias indeseables,
incluso la pérdida de nuestra vida, esto puede llevarnos a abandonar el
sendero.
Finalmente, la última causa es la ignorancia. Por esto queremos decir la ignorancia sobre que
adoptar, y que abandonar. Esta falta de claridad también podría apartarnos del
sendero espiritual.
Para eliminar estas cuatro causas de abandono del sendero
espiritual, necesitamos realizar completamente su futilidad y el daño que nos
causan. En el caso de la primera causa, el deseo, nosotros necesitamos recordar
que no importa cuánto logremos conseguir en nuestra vida mundana, cuan alta sea
la posición que alcancemos, todo eso es solo temporal, y no es realmente
beneficioso. No hay comparación entre el beneficio material y el beneficio
espiritual.
En cuanto a la segunda causa, el odio, esta es la peor de las
impurezas que podemos albergar. Incluso los méritos que podamos haber acumulado
a lo largo de miles de eones pueden ser perdidos por dar rienda suelta al
enfado, aunque sea por un solo instante. Por medio de recordar siempre el
terrible daño que puede causarnos el enfado, nosotros somos capaces de
eliminarlo.
El miedo, la tercera causa, puede ser erradicado realizando
que no importa cuál sea el daño que afrontemos por permanecer en el sendero
espiritual, incluso la pérdida de nuestra vida, esto nunca puede ser tan lesivo
como el caer en los reinos inferiores por haber abandonado el sendero.
Para eliminar la cuarta causa, la ignorancia, necesitamos
siempre ser conscientes de lo que nos mantiene en el sendero, y lo que nos
aparta de él; y permanecer manteniendo estos criterios.
Por lo tanto, la primera cosa que tenemos que hacer en el
sendero espiritual es establecer la fe, una fe inamovible, que finalmente
vencerá a estas causas de abandono. Esta fe inamovible se convertirá en la base
de todas nuestras cualidades virtuosas. Igualmente, si nos vamos a embarcar en
el sendero espiritual, es crucial que encontremos a un maestro, un maestro
espiritual que nos pueda guiar a través del camino.
Incluso cuando nosotros acometemos alguna tarea ordinaria,
tal como adquirir una destreza nueva o ir de viaje, la asistencia de un guía
experimentado o de un maestro es
esencial. Sin esto, uno fácilmente puede aprender métodos erróneos, o incluso
extraviarse. Por consiguiente, incluso a un nivel mundano, el guía o maestro es
esencial.
Esto es particularmente relevante en el campo espiritual. El
conocimiento del sendero espiritual no está dentro del alcance de la gente
corriente, está más allá de nuestra comprensión. Por lo tanto, es imperativo
que encontremos el tipo adecuado de guía espiritual cuando nos embarcamos en el
sendero espiritual.
Existen diferentes clases de maestros espirituales, dotados
con diferentes características y cualificaciones. Podemos cualificar a los
maestros de acuerdo al nivel de votos que han tomado. Hay tres niveles de
votos: El voto de Pratimoksha[3],
de acuerdo al cual nos comprometemos a abstenernos de cometer acciones
negativas. Este voto es tomado con vistas a nuestra liberación personal.
El voto del Bodhisattva,
el cual supone no solo el abstenerse de acciones negativas, sino también el
estar esforzándose hacia la liberación para beneficio de todos los otros seres.
Finalmente, el voto
Vajrayana o Tántrico, que es el nivel más alto de voto, y en este es donde
son usados los métodos supremos para conseguir la liberación para beneficio de
los demás.
El maestro que ha tomado todos estos tres votos es el tipo
más alto de maestro que uno puede encontrar. El encontrar al maestro espiritual
es la fuente de todas las cualidades, pero no es suficiente el encontrar a este
maestro. Nosotros también necesitamos seguir sus instrucciones, de una forma
similar a como haríamos con el médico. Para recobrarnos de una enfermedad,
necesitamos encontrar a un buen médico. No solo esto, sino que necesitamos
seguir sus consejos. De otra forma, aunque tuviéramos al mejor de los doctores
posible, si nosotros no seguimos su consejo, nunca nos recobraremos de nuestra
enfermedad. Por tanto, no solo es vital el encontrar al maestro espiritual correcto, sino que es igualmente importante el que sigamos
sus instrucciones.
Cuando nosotros escogemos a un maestro espiritual, es
esencial que seamos muy cuidadosos. Necesitamos evaluarlo a él o a ella, antes
de lo tomemos o la tomemos como guía nuestro.
Incluso en la vida mundana, cuando emprendemos algo nuevo,
nosotros necesitamos evaluar las diferentes formas de proceder. Si estamos
pensando en comprar una casa, necesitamos comparar varias casas, mirar cada uno
de sus atributos positivos y negativos, ver cual es más beneficiosa
financieramente, etc. Solo después de una investigación cuidadosa de este tipo,
podemos decidir qué casa comprar. Tenemos que utilizar estos mismos métodos de
evaluación cuando estamos buscando un maestro espiritual.
Naturalmente, comparado con esto, las decisiones que tienen
que ver con nuestra vida espiritual son mucho más importantes. El comprar una
casa nueva, o cualquier cosa nuev, es algo que será parte de nuestra vida como
mucho durante cien años. Por tanto, si cometemos un error, no resultará lesivo
durante demasiado tiempo. Pero en el sendero espiritual, si nosotros cometemos
un error, entonces no solo estaremos estorbados durante esta vida, sino durante
muchas vidas futuras. Por consiguiente, el encontrar el sendero espiritual
correcto y al guía espiritual correcto, es la cosa más importante que nosotros
podemos hacer.
En los tiempos pasados, había muchas enseñanzas para guiar a
los discípulos sobre la forma de evaluar a los maestros, y para los maestros
sobre cómo evaluar a los discípulos. Una vez que ambos, maestro y discípulo,
estaban satisfechos con las cualidades del otro, ellos establecían una relación
de maestro y discípulo. Esta evaluación preliminar es esencial, y puede ser muy
peligroso para un maestro y un discípulo el establecer una relación antes de
que haya sido llevada a cabo una evaluación adecuada. Esto es especialmente
importante para el discípulo, para quien caer en las manos equivocadas puede
ser un gran detrimento. Tal como se ha ilustrado, el encontrar el maestro
espiritual correcto es extremadamente importante.
Las enseñanzas afirman que hay diversos niveles de maestros
espirituales-superior, inferior, mediocre, y demás, se clasifican en estos
niveles de acuerdo con sus cualificaciones. Pero cualquiera que sea el nivel al
que un maestro pertenezca, el requerimiento mínimo que él o ella deben de
cumplir es el de mantener una buena disciplina
ética o buena conducta moral, porque la conducta moral es la base de todas
las cualidades. Esta conducta moral no debería de limitarse a una mera
apariencia, sino que tiene que ser auténtica.
El segundo requerimiento que un maestro debería de reunir es
el de la sabiduría-una sabiduría
obtenida a través del conocimiento y de la meditación. Si un maestro no está
dotado con un conocimiento y comprensión profundamente enraizados de los Sutras
y de los Tantras, el no puede pasárselos a su discípulo o discípula.
El tercer requerimiento es la compasión. El maestro tiene que estar motivado por la compasión
hacia sus discípulos. Él o ella tienen que sentir un deseo genuino de que ellos
lleguen a verse libres de la ignorancia, de que se abstengan de cometer
acciones no virtuosas, y de que practiquen acciones virtuosas.
En esta Edad Oscura[4],
es difícil encontrar al maestro perfecto, pero uno que cumpla con estos tres
requerimientos, cuyas cualidades morales están altamente desarrolladas, y cuyas
faltas sean mínimas, él o ella están cualificados como un maestro adecuado.
Especialmente en las enseñanzas Vajrayana, el maestro es
absolutamente esencial. Si intentamos aprender Tantra por nosotros mismos, o a
través de libros, realmente esto puede ocasionarnos más daños que beneficios.
El Vajrayana es la enseñanza del Buda más avanzada, y solo puede ser recibida a
través de la transmisión directa de un linaje ininterrumpido que se originó con
el Buda Vajradhara, y que ha ido pasando de un maestro a otro hasta el
presente.
No son solo las palabras y su significado los que son trasladados
en las enseñanzas. Lo que es más importante, son las bendiciones que son
transmitidas de una persona a otra. Sin esta bendición, es imposible practicar
ninguna de las enseñanzas tántricas o poder obtener alguno de sus resultados;
de hecho, puede resultar muy dañino. Por esto es por lo que las enseñanzas
Vajrayana otorgan una importancia tan grande al maestro espiritual.
El Sol luce brillantemente en el cielo todos los días, pero
si queremos canalizar y maximizar su energía, necesitamos ciertos instrumentos.
Similarmente, las bendiciones del Buda se derraman sobre todos los seres
sintientes en todo momento, pero sin el instrumento apropiado, no podemos
recibir sus bendiciones. Debido a nuestra falta de mérito cosechada en base a
nuestras acciones negativas, nosotros no podemos ver al Buda en persona. El
gurú es el instrumento que nos ayuda a canalizar y maximizar las bendiciones
del Buda. El gurú se nos aparece bajo una forma ordinaria, y a través de él o
de ella, nosotros podemos oír las enseñanzas del Buda, y recibir Sus
bendiciones.
Recalcar una vez más que en el Vajrayana es extremadamente
importante encontrar un maestro, e investigar completamente sus cualidades. Una
vez que estamos convencidos de que él es un maestro espiritual genuino,
entonces podemos tomarlo como nuestro maestro, y recibir de él las enseñanzas e
iniciaciones Vajrayana. Una vez que hayamos establecido una relación de maestro
y discípulo con este maestro-cuales quiera que sean las circunstancias que
puedan surgir-nosotros nunca deberíamos de romper nuestro vínculo con nuestro
maestro, y no deberíamos de abandonar nunca nuestra fe en él.
Incluso si nosotros vemos faltas en nuestro maestro, nunca
deberíamos de verlas como faltas. Cualesquiera que sean las faltas que veamos
en nuestro gurú, deberíamos de verlas como nuestras propias faltas. Tiene mucho
parecido con el reflejo de la Luna en el agua: si el agua es clara, el reflejo
de la Luna también es claro; si el agua está embarrada, el reflejo de la Luna
es poco nítido. Si debido a nuestros oscurecimientos, encontramos alguna falta
en el maestro, deberíamos de recordar ver siempre a esto como siendo nuestros
propios defectos, nuestras propias faltas, y no las del gurú.
Hay muchas historias maravillosas con respecto a los antiguos
maestros indios. Esos grandes mahasiddhas[5]
con frecuencia proyectaban un comportamiento extravagante y hacían cosas raras,
cosas muy raras. Los discípulos que pierden su fe en sus maestros no progresan
en el sendero espiritual, mientras que aquellos que no pierden la fe en sus
maestros experimentan realizaciones espirituales.
Se habla mucho sobre los “lamas raíz”. De acuerdo a las
enseñanzas del Vajrayana, un lama raíz o un gurú es alguien que otorga las
iniciaciones mayores sobre nosotros, al igual que las enseñanzas tántricas y
las instrucciones esenciales. Este es nuestro gurú raíz.
En realidad, nosotros podemos tener varios gurús raíz.
Entonces, entre estos, nosotros también podemos tener un gurú raíz muy especial,
por ejemplo un gurú raíz con el que tengamos una vinculación kármica. Este es
nuestro gurú más importante, alguien con quien nosotros tenemos una fuerte
vinculación kármica, quien ha sido nuestro guía en el transcurso de muchas
vidas.
Si nosotros tenemos ese tipo de gurú, entonces es esencial
que tengamos una incesante devoción hacia él, y que nunca perdamos nuestra fe
en él, pase lo que pase.
Incluso aunque nuestro gurú sea una persona ordinaria, y no
un ser realizado, si nosotros como discípulos, lo vemos a él como un Buda,
entonces nosotros podemos recibir las bendiciones del Buda, porque ambos, tanto
nosotros como él, estamos dotados con la Naturaleza de Buda.
Tal como se explicó, es muy importante en el Vajrayana o
enseñanzas tántricas el encontrar al gurú correcto, y después de encontrarlo o
encontrarla, establecer una fuerte conexión kármica. Sin esto es imposible el
hacer ningún progreso espiritual. Está mencionado de manera muy clara en las
enseñanzas que si uno quiere practicar Tantra por sí mismo, sin estar
dependiendo de un maestro espiritual que pueda otorgar sobre nosotros la
transmisión ininterrumpida de las bendiciones, esto puede ser muy peligroso y
puede llevarnos a caer en los reinos inferiores.
En todas las tradiciones, Hinayana, Mahayana, y Vajrayana, el
encontrar al maestro espiritual y el seguirlo de forma correcta, es la fuente
de todas las cualidades. Esto es particularmente cierto en el Sendero del
Vajrayana, donde el linaje ininterrumpido de transmisión desde el Buda
Vajradhara hasta nosotros es una práctica esencial.
El maestro espiritual que nos da esta transmisión es quien
limpia todos nuestros oscurecimientos y confusión, y quien nos dirige en el
Sendero a la Liberación.
Yo ruego para que todos puedan encontrar al maestro
espiritual correcto, y establecer con él o con ella los vínculos kármicos
apropiados, los cuales les permitirán recibir todas las bendiciones del Buda.
Traducido al castellano por upasaka Losang Gyatso.
[1] Tathagatagarbha.
[2]
Las Tres Joyas de refugio: Buda, Dharma, y Sangha.
[3]
El Voto de la Liberación Individual; este voto corresponde a los seguidores de
los dos Vehículos Hinayana: el Vehículo de los Oyentes (Sravakayana) y el Vehículo de los Realizadores Solitarios (Pratyekabudayana).
[4] Kali Yuga.
[5]
Maestros muy realizados en posesión de poderes milagrosos.
Que bonito.
ResponderEliminarMuchas gracias!!!