lunes, 12 de diciembre de 2011

Tsongkhapa: Epístola a Ngawang Drakpa

Epístola a Ngawang Drakpa con Ocasión de la Ordenación de los Primeros Monjes de Gyalrong.

Me postro ante mi Lama, Voz Gentil (Mañjushri)

Me postro ante el Incomparable Maestro,
Desconocido para nosotros, nuestro más querido amigo,
Un compañero supremo e incomparable,
El único hermano que nosotros, los necesitados, tenemos.

Yo he visto que el único sustento
Para vivir bien es tan solo Su enseñanza;
Y por tanto, con amor, yo ofrezco estas palabras
A aquel que es mi discípulo.

El profundo Dharma de los Victoriosos
Es una mina de oro de felicidad para todos los seres;
Y tú, hijo mío, eres su intrépido guardián.
Yo ruego para que tú reines durante cien años.

Sabio, las noticias que tengo es que tú has llevado
La luz del sol de las palabras del Muni,
A esa tierra oscurecida y lejana, y la has llenado con príncipes
De los Regios Budas, gracias a una práctica intensa y pura.

Me ha llegado aquí una carta, gracias a tu amabilidad,
Informándome de todas esas noticias,
Con hermosos pensamientos, expresados con hermosas palabras,
Y traída por varios que se han liberado de la vida en familia.

Cuando esa nota tocó mis manos,
El viento de tus inmaculadas acciones
Barrió el trozo de algodón de mi mente,
Y llevó mis pensamientos a donde tú estás.

Las enseñanzas completas de los Victoriosos se encuentran comprendidas
En las tres colecciones de las escrituras.
Por tanto, la esencia de lo que Ellos han enseñado
Puede ser encontrado dentro de los tres entrenamientos.
El primero de esos tres entrenamientos
Es el llevar una vida ética,
Y los Budas han explicado que reside
En las enseñanzas sobre la disciplina.

También es por esto por lo que mucho del Dharma
Tan excelso y tan puramente expuesto,
Ha sido dedicado por los Budas
Al camino de la disciplina.
También explica porqué todos aquellos maestros,
Que comprendieron el orden
En el que las materias debían de ser aprendidas,
Todos ellos, se deleitaban en las enseñanzas sobre la disciplina.

El entrenamiento en la perfecta concentración, en la quietud, tiene que llegar
Antes de que uno pueda desarrollar la concentración en la sabiduría, la visión última.
Tan solo un vestigio de esta verdad puede ser oída, pero sin vislumbrarla,
Puesto que la perfecta concentración no puede llegar sin haberse entrenado primero en la ética.

Algunas personas solo tienen el coraje de comprometerse de palabra en este entrenamiento,
Y después abandonan sus compromisos como si fueran basura; estos son los más bajos, en un mundo de gente vil.
La forma en la que se comportan los santos es diferente; ellos hacen todos los esfuerzos concebibles
Para mantener cualquier norma ética en la que ellos se hubieran comprometido.

Una vez que hayas realizado este hecho, tienes que estar vigilante
Y consciente; prestando atención constantemente a las tres puertas, para no cometer ningún acto incorrecto,
Teniendo cuidado y controlando apropiadamente con todas tus fuerzas
Al caballo salvaje de los sentidos,  buscando el evitar
Que este corcel te lleve por un camino que te conduzca al completo extravío.
Con este estado mental, serás capaz de mantener tu concentración perfectamente,
Fijándose en cualquier objeto virtuoso para satisfacción de tu corazón.
Por tanto, para alcanzar la perfecta concentración, se elogia la vida ética.

Este estado mental está completamente libre de la suciedad de la moralidad rota,
Y nunca está perturbado, o distraído del objeto de virtud que tu hayas elegido;
Por consiguiente, el Sí Mismo, la ausencia de un yo, está perfectamente clara,
Lo mismo que el reflejo de la luna en el agua no agitada y cristalina.

Una comprensión perfecta de todos los puntos esenciales, como son estos,
Dentro del sendero de los tres entrenamientos, depende precisamente de
Una comprensión de todas las tres colecciones de las escrituras del Budismo;
Por tanto, deberías de buscar a un maestro, y entrenarte en las tres colecciones.

Los más grandes maestros de todos los tiempos han dicho, y no solo una vez,
Que todo el objetivo de los entrenamientos es el alcanzar las verdaderas realizaciones.
Siendo así, cualquiera que sea el nivel de comprensión de las enseñanzas que tengas,
Ponlas en práctica en tú vida, con rapidez y resolución.

Yo he escrito las anteriores líneas solo como una breve exposición de las razones por las que una forma de vida ética es la verdadera base del Camino del Buda. Por lo tanto, yo espero que tú las aprecies, y que las leas una y otra vez. Estoy extremadamente complacido por el hecho de que tú hayas sido capaz de ordenar a tantos individuos, y de que les hayas dado tantas enseñanzas sobre disciplina, ahí, donde desde el punto de vista Budista es una tierra salvaje y bárbara.

Si uno se centra principalmente en la toma de los votos, y comete faltas en los aspectos prácticos del mantenerlos seriamente y de restaurarlos cuando se han dañado, entonces no hay forma, en absoluto, de que la práctica de la vida ética pueda ser pura. Por lo tanto, es esencial que ahora tú vayas a ayudar a tus nuevos monjes a mantener correctamente sus votos, aprendiéndoles a identificar lo que constituye una ruptura de los votos.
Así que tú también tienes que instaurar una práctica regular de purificación y de reparación, por las que los monjes aprendan a confesar sus errores pasados, y a apartarse de futuros errores, en el caso de que-debido a uno de los cuatro factores, tales como el no comprender los votos adecuadamente- pudieran llegar a transgredirlos. Deben de aprender a no tomar nunca a la ligera la ruptura de los votos; les tienen que ser enseñados los métodos apropiados para restaurar los votos, en cada caso, cuando estos han sido rotos. De esta forma, y desarrollando un sentido de vergüenza y del decoro, al igual que de vigilancia, consciencia y cuestiones similares, llegarán a llevar una forma de vida perfectamente ética.

Desde un punto de vista general, los Budas han descrito ciertos beneficios que se derivan de las acciones virtuosas, y serios problemas que se derivan de las acciones no virtuosas. Nosotros tendemos a pensar con respecto a los beneficios, como si fueran algo que carece de relevancia hasta que no estamos en el lecho de muerte. Y vemos las descripciones de los problemas como si fueran un cierto tipo de amenaza velada. En vez de ello, nosotros deberíamos de intentar desarrollar, en lo profundo de nuestros corazones, la convicción de que son absolutamente verdaderos.
En un sentido más específico, tenemos que meditar ampliamente en los beneficios de mantener una forma de vida ética; y en los serios problemas de faltar al cumplimiento de ese código de conducta. Esto nos traerá un completo reconocimiento de su verdad. Si el guardar esta forma de vida ética llega a ser para nosotros algo solamente motivado por el interés que tenemos en  aparentar ante los demás, o por recibir honores y regalos, entonces el verdadero objeto de la ética está perdido, y deberíamos dejar de hacer eso.
El obstáculo que nos impide el llevar una vida ética en base  a las razones correctas, es nuestro entusiasmo por las actividades de nuestro presente renacimiento. Y esto vienen del ver a nuestra vida actual como si fuera un lugar en el que nosotros vamos a pasar una parte substancial del tiempo. El método de cura más profundo para esta forma de pensar, es el mantener, en diversos niveles, una conciencia de nuestra propia muerte. Por lo tanto, es absolutamente esencial que meditéis , una y otra vez, en el hecho de que moriréis.
Encerrados como estamos en la cáscara de la semilla, la habilidad para percibir con detalle los infalibles procesos de las acciones que realizamos, y para ver las consecuencias maduras de estos actos, es una capacidad que tan solo tienen los seres que son omniscientes. Por lo tanto, debemos de referirnos constantemente a escrituras tales como el Sutra de la Consciencia, los Cien Hechos, las Cien Historias de las Vidas Pasadas, el Sutra del Sabio y el Necio, los Relatos de las Escrituras, y una amplia variedad de otros Sutras y de comentarios clásicos.
Haciendo esto, podemos hacer más firme nuestro reconocimiento de las leyes del karma y de sus efectos. Tenemos que purificar el mal karma que hayamos acumulado en el pasado, hasta que alcancemos un punto en el que estemos seguros de que lo hayamos erradicado. Tenemos que impedir el que nosotros nos impliquemos en actos que supongan acumular nuevo mal karma, hasta que lleguemos a un punto en el que estemos seguros de que hemos roto este tipo de comportamiento completamente.
Tenemos que tomar todo el buen karma que hayamos sido capaces de acumular a lo largo del tiempo, y multiplicar su poder gracias a las oraciones adecuadas, que son muy efectivas. Tenemos que buscar el buen karma que aún no hayamos acumulado, y hacer que esto suceda,  no solo merced a ciertos tipos de actividad, sino a través de todo tipo de diferentes  medios hábiles.
De esto que he dicho anteriormente, cualquier cosa que seamos capaces de realizar, será infinitamente más efectivo, si aprendemos a hacerlo manteniendo en nuestras mentes fijamente el deseo de alcanzar la iluminación, en su forma completa, o en su forma parcial.
Recuerda también que los victoriosos Budas han recomendado, en incontables escrituras públicas y secretas, que debemos de buscar la visión correcta de la vacuidad, lo único que destruye completamente toda tendencia al aferramiento, tanto a las instrucciones como a los propios objetos. Esto nos permitiría evitar los dos extremos del pensar que las cosas existen de forma independiente, o de que- si no existen de forma independiente- no existan de ninguna forma.
Una aprehensión bien fundada de las leyes del karma y de sus consecuencias complementa la visión correcta; la auténtica actividad del estar extremadamente atento para hacer lo correcto en el campo de las buenas y las malas acciones, incluso en los detalles más nimios de nuestras vidas, nos proporciona la habilidad de eliminar en nosotros, de forma total, los dos extremos del pensar que “todo existe” y  que “nada puede existir”.
La gran mayoría de los seres cae en una de las dos trampas. Algunos tienen la equivocada concepción de que las cosas que son por naturaleza vacías, necesitarían ser inmutables. Otros tienen una convicción equivocada, la cual obvia toda la forma en la que los decepcionantes objetos existen realmente, lo cual necesitaría el fin de esos mismos objetos.
La auténtica verdad es, por tanto, extremadamente difícil de percibir, y de entre aquellos que tienen la capacidad para hacerlo, son muy pocos los que podrían llegar a ser un vaso adecuado para recibir las enseñanzas. Por lo tanto, cualquiera que tenga cualquier esperanza de ver estas cosas, debe de estudiar primero las causas que lo posibilitarían; tienen que acumular primero el poder de las buenas acciones, y purificarse de sus malas acciones, y realizar gran cantidad de plegarias. Tienen que seguir adecuadamente a un guía espiritual que sea un maestro en estos temas, y cuyo comportamiento corresponda a lo que las escrituras describen sobre ellos. Finalmente, tienen que buscar la verdad usando su intelecto para examinar detalladamente cada punto, y no estar nunca satisfechos con una comprensión burda o incompleta.
Tu comprensión y tu convicción, respecto a todos los puntos que yo he explicado seguirá incrementándose si alternas tu tiempo de meditación, y el estudio formal sobre ellos. Esta misma práctica comenzará a funcionar simultáneamente como una cura a todas tus aflicciones mentales. Siendo así, yo te ruego que practiques de esta forma.

Tu respeto por la palabra de los Tathagatas
Es plena, y el poder de tu inteligencia es imponente;
Tú caminas tras las huellas de los Seres Poderosos
Con sabiduría, mi Ngawang Drakpa.

Vamos, sigue ahora lo que te he enseñado,
Haz en tus vidas que tus acciones y oraciones
Igualen a las mías, y en el día de nuestra iluminación
Te daré el primer sorbo de la inmortalidad.

Lo anterior, es una epístola escrita a ese gran maestro de Tsako, el guía espiritual puro conocido como Ngawang Drakpa. Constituye una réplica a una comunicación suya, en la que describía cómo había fundado una comunidad muy especial, ordenando como monjes a un cierto número de discípulos en las tierras del este, en Gyalrong, algo que nunca había sucedido antes. La réplica fue compuesta por el glorioso monje Losang Drakpa (Je Tsongkhapa), y despachada desde su lugar de retiro llamado Teura, cerca del lugar llamado Eisa. ¡Que pueda incrementarse la virtud!

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.

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